De peregrinaje tras los pasos de Jesús en la Vieja Ciudad de Jerusalén
Mi peregrinaje a la vieja ciudad de Jerusalén, como el de muchos creyentes y turistas, comenzó en la cima del Monte de Los Olivos. Ubicado al Este de la antigua ciudad. Es aquí donde ocurrieron muchos eventos bíblicos importantes. Donde Jesús realizó frecuentemente sus oraciones, donde fue arrestado antes de ser crucificado y también donde ascendió al cielo. Según el libro de Zacarías, el Monte de Los Olivos es el lugar desde el que dios comenzará a redimir a los muertos al final de los tiempos y por esta razón, los judios siempre han intentado ser enterrados en el cementerio de esta ladera.
Entré a la vieja ciudad de Jerusalén por la Puerta de Los Leones, una de sus siete puertas construidas en la muralla. De las siete, solo una, la Puerta Dorada está cerrada porque según la tradición judía, es la que utilizará el mesías para entrar a la ciudad.
En la Puerta de Los Leones comienza la Vía Dolorosa, donde se encuentran nueve de las catorce estaciones del Viacrucis, y termina en la Iglesia del Santo Sepulcro, considerado el lugar más sagrado del cristianismo, y ha sido el más importante centro de peregrinación cristiana desde el IX, esto debido a que según los evangelios, en esta ubicación fue donde Jesús fue crucificado; dónde está la piedra de la deposición, lugar donde se colocó su cuerpo para ser preparado para el entierro; y también se encuentra la tumba de donde resucitó.
El recinto, también conocido como la Iglesia de La Resurrección, se encuentra bajo la custodia de diversas comunidades cristianas, entre ellas la iglesia católica, la iglesia apostólica armenia y la ortodoxa. Un dato muy interesante es que no se puede hacer ningún cambio al recinto sin el consenso de todas las seis comunidades cristianas, esto debido a un decreto emitido a mediados del siglo XIX.
Por último, en el interior del Monte Calvario denominado así el lugar de la crucifixión, hay una capilla dedicada a Adán, el primer hombre creado por dios, donde según una tradición cristiana ahí se encontraban sus restos.
Tras agradecer y reflexionar terminé mi peregrinaje por el lugar más sagrado para los cristianos y me dirigí cuesta abajo por los estrechos callejones de la vieja ciudad, continuando con mi peregrinaje y admirando los colores, la fe, las texturas, los olores y la diversidad humana. Y al final pasé por un puesto de seguridad, antes de llegar al Muro de Los Lamentos, el lugar más sagrado del judaísmo.
También conocido como el Muro de Las Lamentaciones, es uno de los cuatro muros de contención alrededor del Monte del Templo y es el vestigio del segundo Templo de Jerusalén, construido antes de Cristo. Pero, ¿por qué le llaman el Muro de Los Lamentos? De acuerdo con la historia, cuando el segundo Templo de Jerusalén fue destruido en el año LXX, solo una parte del muro exterior quedó en pie y un general de la guerra judeo-romana dijo que había dejado este muro para que los judios tuvieran el amargo recuerdo de que roma había vencido a judea. Los judios, sin embargo, lo atribuyen a una promesa hecha por Dios, según la cual siempre quedaría en pie al menos una parte del Sagrado Templo, como símbolo de su alianza perpetua con el pueblo judio.
Los judios han orado frente a este muro de 19 metros de altura durante muchos años ya que es el lugar más sagrado y de plegaria más importante para ellos, debido a que se constituye como la pared más cercana al Santo Santuario en la actualidad, el Domo de La Roca. Según la tradición judía, es el sitio donde debería construirse el tercer y último templo en los tiempos del mesías.
Por su parte, la tradición de introducir un pequeño papel con una plegaria entre las grietas del muro tiene muchos años de antigüedad y continúa siendo muy popular hoy en día no solo entre los judios, pero también entre turistas de otras religiones. Según el rabino encargado del Muro de Los Lamentos, dos veces al año colectan las plegarias del muro para hacer cupo para muchas más y sin leerlas, las entierran en el Monte de Los Olivos.
Andrés H. Martínez
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