Los incendios forestales en Oklahoma se han cobrado cuatro vidas y han herido al menos a 142 personas. Las llamas han quemado unas 170.000 acres y destruido cerca de 300 estructuras. Se han registrado víctimas mortales en los condados de Lincoln, Garfield, Haskell y Pawnee, entre ellas el entrenador de lucha libre Allen Ferguson, que sufrió quemaduras graves junto a su hijo.
Los incendios, alimentados por fuertes vientos, afectaron a varias zonas, entre ellas Mannford, Stillwater, Guthrie, Norman y Oklahoma City. Más de 400 viviendas resultaron dañadas, lo que llevó al Gobernador Kevin Stitt a declarar el estado de emergencia en 12 condados. La declaración permite realizar labores de emergencia y proteger contra la subida de precios.
La ayuda federal está en marcha, con la aprobación por parte de la FEMA de 13 subvenciones de asistencia a la gestión de incendios para ayudar en las labores de extinción. Las organizaciones de emergencia, como la Cruz Roja, el Ejército de Salvación y Oklahoma Baptist Disaster Relief, han establecido refugios y servicios de comidas para los afectados. El estado sigue evaluando los daños, y se espera que los esfuerzos de recuperación duren semanas.